Cuántas veces el estres me desarma la paciencia y todo aquello en lo que creo y predico hace mella. A veces mi Nicolás me exige en un tiempo ya, a veces el cansancio me puede, el tiempo no me llega para todo y otras veces la soledad y falta de apoyo pesan demasiado.
Y entonces aunque reconozco que estoy desbordada, mi pequeño está muy cansado o simplemente necesito socializar la energía flaquea y los nervios de mí se apoderan. Si simplemente las madres pudiéramos hacer un kit kat y desconectar por unos segundos de los llantos, exigencias o gritos de nuestra prole y recuperar fuerzas para más calmadas continuar con el día a día, eso sería sin duda una gran ayuda.
Yo que tengo la familia lejos recozno que uso los dibujitos como calmante y respiro propio, más de lo que me gustaría.
Al igual que la vida no es de color de rosa, la crianza de un hijo a parte de ser una aventura apasionante, un acompañamiento amoroso y un aprender juntos no está encenta de cansancio y dificultades. Sin una tribu o familia que te apoye, que te de un respiro a ratos,que te contenga y de aliento, muchas veces se hace cuesta arriba el día a día.
Y en ocasiones, en esta ausencia exigimos al padre todo lo que nos falta, cuando en realidad él también está cansado y estresado.
Criar es un camino lento lleno de obstáculos, cambios y descubrimientos. No siempre sabemos cómo abordarlos y nos equivocamos. El error debe ser entendido como la oportunidad de conocernos. Reconocer que nos hemos equivocado equivale a ser consciente de que los recursos o métodos empleados no eran los adecuados o eran insuficientes. O bien darse cuenta que no sabemos como afrontar determinada situación. Este reconocimiento significa un aprendizaje aunque aprender no tiene porqué ser significar actuar en consecuencia con lo aprendido pero si ser consciente de ello.
Y a los cambios cuesta hacerse. Yo reconozco que desde que Nicolás ha empezado a andar es un no parar continuo, un cambio de rutinas y un estres en modo alerta 24 horas al día.
En fin, ser una madre que cree en una crianza emocional y respetuosa con las necesidades de mi hijo no significa que no esté cansada y estresada muchas veces.