Bienvenid@ a este espacio de reflexión sobre la crianza de los hij@s.

martes, 22 de julio de 2014

Entre culturas

Hay actitudes, valores y comportamiento que tenemos tan asumidos como nuestros que salen solos. Y sólo cuando te descubres a través de otra cultura, los reconoces.
Muchas veces no somos conscientes de cuales son una elección personal y cuales puramente cultural. Y lamentablemente, en demasiadas ocasiones alabamos lo ajeno y sentenciamos lo nuestro.
En el campo de la crianza y educación las diferencias culturales se observan muy claramente.
Cuando llegué a Alemania y empezó mi etapa de educadora infantil, todo lo que observaba me producía admiración:  el respeto por lo ajeno, el comunicarse en un tono de voz bajo e incluso los silencios, su amor por la naturaleza y lo bio así como las opciones de diversión infantil que buscan la libertad de movimientos del niño/a. Y eso me llevó a como "buena" española a criticar nuestros valores en cuanto a educación se refiere ( no me refiero al sistema educativo que eso da para otro artículo sino a lo cultural, lo social).
Con el paso del tiempo y la añoranza comprendí que estaba equivocada. Que aunque bien es cierto que hay valores muy positivos y sobretodo muchas más alternativas naturales, hay cosas que pesan mucho más y que gracias a ello somos lo que somos.
Y eso es el amor, el cariño, la alegría, la solidaridad, el contacto corporal, la expresividad. Probablemente gritemos demasiado, no sepamos respetar el turno de palabra, critiquemos a nuestros amigos y no cuidemos de lo público pero estamos ahí a la hora de la verdad, sabemos sonreirle a la vida y expresar nuestras emociones, sabemos reirnos y abrazar. Y eso sencillamente al menos yo, lo valoro mucho más.

viernes, 11 de julio de 2014

Había una tribu

Había una tribu en la que las mujeres no estaban solas, no se sentían solas y no criaban solas. En esa tribu las mujeres aprendían desde chicas a escuchar a su corazón, a dejarse llevar por su instinto, a amar a la naturaleza y sentirse parte de ella, aprendían a tejer lazos de solidaridad y apoyo entre ellas mismas.
Allí donde vivían, no se criticaba el ser madre, más bien se admiraba y se agradecía.
Las mujeres de aquella tribu confiaban en sus cuerpos y sus capacidades. Menstruación, sexualidad, embarazo, parto, lactancia, crianza y menopausia eran considerados estadios de la naturaleza femenina cargados de poder.
En la tribu se daba la posibilidad de encontrarse con una misma, la feminidad era considerada un don y no un castigo.
Los hombres de la tribu honraban a sus mujeres, madres, hijas y hermanas, reconocían el infinito poder de ser mujer.
En ese lugar los bebes nunca estaban solos, nunca se sentían solos. Los niños reían, lloraban, jugaban, mamaban, comían, exploraban en contacto con la naturaleza y en libertad.
¡ Qué bonito sería si esa tribu existiera de verdad! Pero que distinto sería si simplemente se valorase la maternidad, se recociese el lugar de la mujer más allá del modelo patriarcal y se apoyara emocional,social y económicamente la crianza de los/as hijos/as.
La sociedad en la que vivimos dista mucho de favorecer o mejorar la maternidad pero y ¿ Un cambio en ti mujer? Dejemos de lazar miradas, críticas y consejos no solicitados a nuestra hermana, amiga o vecina. Brindemos apoyo, contención y escucha. Favorezcamos el instinto de maternar y la lactancia. Creemos
un mundo mejor para nuestros hijos/as.

martes, 8 de julio de 2014

Me encanta cuando mamas

Me encanta cuando mamas
y luchas con mi teta, tu teta,
para que te sacie, para que te calme.

Me encanta cuando mamas
y me miras fijamente,
como queriendo conectar con mi alma.

Me encanta cuando mamas
y puedo acariciarte, tocarte, sentirte,
acurrucado en mi pecho, junto a mi corazón.

Me encanta cuando mamas
y tus ojos van rindiéndose 
a la tranquilidad de un sueño reparador.

Me encanta cuando mamas
y juegas con tu mano a tocarme, a sentirme, a acariciarme.

Me encanta cuando mamas
y siento el placer desde mis entrañas.

Me encanta cuando mamas 
y veo que disfrutas de tu leche, de tu calor, de tu madre, de este amor.

Me encanta cuando mamas
y calmo tus miedos y tus lágrimas.

Me encanta cuando mamas
y acallamos miradas, críticas, palabras,
porque a nadie más le importa,
cómo nos amemos tu y yo.

Me encanta cuando mamas 
y el universo se para a nuestro alrededor,
para ser uno en vez de dos.